sábado, 23 de julio de 2011

La poesía no se entrega a todos...

¿Qué les parece este soneto de Francisco de Figueroa?

SONETO XXXV

Musas, que en Helicon monte Sagrado
A vuestra alta Deidad, rica morada
Teneis de muro en derredor cercada,
Tan fuerte, que jamás se vió pasado:

Do si algun alto espíritu guiado
Por la luz vuestra, á pocos otorgada,
Quiso llegar, primero ante la entrada
Gran tiempo estuvo de velar cansado:

¿Quién agora la estrecha, áspera senda
Del trabajoso monte ha descubierto,
Do qualquier baxo ingenio ose tentalla?

¿Y quien ha tanto el firme muro abierto,
Que poseer vuestra beldad pretenda?
Un espíritu indigno de adoralla.

lunes, 20 de junio de 2011

Poetas ¨prologadores¨

Más allá de los grandes poetas que podríamos llamar ´canónicos´, encontramos en el Siglo de Oro varias ´figuras secundarias´, no ayudadas por la Fortuna ni la Fama, y cuyas composiciones poéticas consisten en elogios escritos en alabanza de otros autores. Éste es el caso de Fernando de Lodeña, cuyo ingenio poético podemos disfrutar, por ejemplo, en los poemas que escribió en honor de Miguel de Cervantes con motivo de la publicación de las Novelas Ejemplares.
A continuación, transcribo uno de esos poemas ´prologales´ a las narraciones cervantinas.


     Dejad, Nereidas, del albergue umbroso
las piezas de cristales fabricadas,
de la espuma ligera mal techadas,
si bien guarnidas de coral precioso;
     salid del sitio ameno y deleitoso,
Dríades de las selvas no tocadas,
y vosotras ¡Oh Musas celebradas!
dejad las fuentes del licor copioso;
     todas juntas traed un ramo solo
del árbol en quien Dafne convertida,
al rubio Dios mostró tanta dureza,
     que, cuando no lo fuera para Apolo,
hoy se hiciera laurel, por ver ceñida
a Miguel de Cervantes la cabeza.

lunes, 13 de junio de 2011

El Siglo de Oro y la Cultura Clásica: Traducciones

A continuación les presento una traducción que realizó nuestro gran poeta Fray Luis de León de una oda de Horacio. Los invito a comparar el texto en latín y en su versión castellana para repensar la problemática de las traducciones, y para ´profundizar´ un poco más en esta costumbre tan arraigada en la cultura de los siglos XVI y XVII de releer los textos clásicos occidentales, tanto de la cultura latina como griega.

Liber I, XIV                                                                  

O nauis, referent in mare te novi            
fluctus. o quid agis? fortiter occupa       
portum. nonne uides ut                        
nudum remigio latus,                             
                                                          
et malus celeri saucius Africo                   
antemnaeque gemant ac sine funibus
uix durare carinae                                 
possint imperiosius                               
                                                            
aequor? non tibi sunt integra lintea,        
non di quos iterum pressa voces malo.  
quamuis Pontica pinus,                         
siluae filia nobilis,
                                                           
iactes et genus et nomen inutile:              
nil pictis timidus navita puppibus         
fidit. tu, nisi uentis                               
debes ludibrium, caue.                            
                                                            
nuper sollicitum quae mihi taedium,
nunc desiderium curaque non leuis,        
interfusa nitentis                                    
uites aequora Cycladas.                        
                                                            
                                                           
                         (Horacio, Carmina)     


¿Tornarás por ventura
a ser de nuevas olas, nao, llevada
a probar la ventura
del mar, que tanto tienes ya probada?
¡Oh! que es gran desconcierto.
¡Oh! toma ya seguro, estable puerto.

¿No ves esnudo el lado
de remos y cuál crujen las antenas
y el mástil quebrantado
del ábrego ligero, y cómo apenas
podrás ser poderosa
de contrastar así la mar furiosa?

No tienes vela sana,
ni dioses a quien llames en tu amparo,
aunque te precies vana-
mente de tu linaje y nombre claro,
y seas noble pino,
hijo de noble selva en el Euxino.

Del navío pintado
ninguna cosa fía el marinero
que está experimentado
y teme de la ola el golpe fiero
pues guárdate con tiento,
si no es que quieres ser juego del viento.

¡Oh, tú, mi causadora
ya antes de congoja y de pesares,
y de deseo ahora
y no poco cuidado! Huye las mares
que corren peligrosas
entre las islas Cícladas hermosas.
                                                        
                          (Fray Luis de León, Traducciones profanas)

sábado, 11 de junio de 2011

La Poesía habla de lo que nos pasa...

´ Ni de celos ni desdichas
ni de desdén, ni desvío
voy muerto, sino de frío´

                       Juan de Salinas (1559-1643)

miércoles, 8 de junio de 2011

Eventos importantes: IV Jornadas Cervantinas de Azul 2011

Los días 4 y 5 de noviembre se llevarán a cabo una vez más las Jornadas Cervantinas en la ciudad de Azul. Este gran evento, que se realiza en nuestro país desde el 2007, congrega a importantes hispanistas y otros investigadores con el objetivo de:

  • Construir un espacio para compartir experiencias de lectura y de investigación alrededor de Cervantes y su obra, prestando especial atención al Quijote. Se pretende que las Jornadas Cervantinas sean un espacio de diálogo, en que no solo se expongan investigaciones, sino que se alienten la reflexión y el debate sobre ellas.

  • Analizar las cuestiones fundamentales de la escritura cervantina insertándola en la literatura y en la sociedad de su tiempo, y destacando su actualidad en los tiempos presentes

  • Analizar y comprender la relación entre texto y su contexto de producción y de recepción, desde el siglo XVII hasta nuestros días.

  • Aportar a la profesionalización de los miembros de equipos de investigación en literatura, y difundir las experiencias docentes, didácticas, culturales y sociales que han tomado como base textos literarios, especialmente relacionados con Cervantes y su obra.


  • Como novedad, este año se considerará la posibilidad de crear un panel de alumnos para aquellos estudiantes que deseen participar con una ponencia propia que aborde con originalidad la obra de Miguel de Cervantes.

    Para más información, visiten http://www.azul.ciudadcervantina.org.ar/

    lunes, 6 de junio de 2011

    Novedades Editoriales: La pícara Justina

    La_Picara_Justina - universal - novelas - ficcion_y_literatura - libros


    Sin ánimos de realizar una reseña, les comento que Editorial Castalia acaba de lanzar una nueva edición de La pícara Justina, de Francisco Lopez de Úbeda.
    Esta edición, con su introducción crítica y abundantes notas, está cargo de Luc Torres, quien ha decidido publicar esta obra luego de haber realizado su tesis doctoral sobre ella.
    ¨ Una novela genuina, por su lengua inimitable de estilo barroco, por constituir el prototipo original de la denominada picaresca femenina y por su marcado contenido festivo, narrada por una heroína que nos deleita con su prosa a la vez sencilla y conceptista, sus aventuras endemoniadas y sus satíricas y burlonas ocurrencias que no dejan bachiller, licenciado o pretendiente con cabeza, y nos muestra que el género picaresco sigue muy vivo entre nosotros¨

    ¡No se la pierdan!

    ¡Bienvenidos!

    ¿Qué mejor modo de inaugurar este blog sobre el Siglo de Oro de nuestras Letras Castellanas que recordando el sublime y famoso  Discurso de la Edad Dorada de Don Quijote?


    ¨ Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. 
    Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes: a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto. Las claras fuentes y corrientes ríos, en magnifica abundancia, sabrosas y transparentes aguas les ofrecían. En las quiebras de las peñas y en lo hueco de los árboles formaban su república las solícitas y discretas abejas, ofreciendo a cualquiera mano, sin interés alguno, la fértil cosecha de su dulcísimo trabajo. Los valientes alcornoques despedían de sí, sin otro artificio que el de su cortesía, sus anchas y livianas cortezas, con que se comenczaron a cubrir las casas, sobre rústicas estacas sustentadas, no más que para defensa de las inclemencias del cielo. Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia: aún no se había atrevido la pesada reja del corvo arado a abrir ni visitar las entrañas piadosas de nuestra primera madre; que ella sin ser forzada ofrecía, por todas las partes de su fértil y espacioso seno, lo que pudiese hartar, sustentar y deleitar a los hijos que entonces la poseían. Entonces sí que andaban las simples y hermosas zagalejas de valle en valle y de otero en otero, en trenza y en cabello, sin más vestidos de aquellos que eran menester para cubrir honestamente lo que la honestidad quiere y ha querido siempre que se cubra, y no eran sus adornos de los que ahora se usan, a quien la púrpura de Tiro y la por tantos modos martirizada seda encarecen, sino de algunas hojas verdes de lampazos y yedra entretejidas, con lo que quizá iban tan pomposas y compuestas como van ahora nuestras cortesanas con las raras y peregrinas invenciones que la curiosidad ociosa les ha mostrado. Entonces se declaraban los conceptos amorosos del alma simple y sencillamente, del mismo modo y manera que ella los concebía, sin buscar artificioso rodeo de palabras para encarecerlos.
    No había la fraude, el engaño ni la malicia mezclándose con la verdad y llaneza. La justicia se estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese, que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen. La ley del encaje aún no se había sentado en el entendimiento del juez, porque entonces no había qué juzgar ni quién fuese juzgado.
    Las doncellas y la honestidad andaban, como tengo dicho, por dondequiera, sola y señera, sin temor que la ajena desenvoltura y lascivo intento le menoscabasen, y su perdición nacía de su gusto y propia voluntad. Y ahora, en estos nuestros detestables siglos, no está segura ninguna, aunque la oculte y cierre otro nuevo laberinto como el de Creta; porque allí, por los resquicios o por el aire, con el celo de la maldita solicitud, se les entra la amorosa pestilencia y les hace dar con todo su recogimiento al traste. Para cuya seguridad, andando más los tiempos y creciendo más la malicia, se instituyó la orden de los caballeros andantes, para defender las doncellas, amparar las viudas y socorrer a los huérfanos y a los menesterosos...¨

    (Don Quijote de la Mancha, cap. XI)